¿Qué es el Greenwashing y cómo evitar caer en él?

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¿Te has planteado si has caído en el greenwashing? En algún momento las empresas nos la han colado a todos con sus productos “verdes”, pero eso no significa que todas sean iguales. 

Tanto si tienes tu propio proyecto, como si te interesa consumir productos sostenibles, este artículo te ayudará a ver con más claridad el greenwashing. 

Greenwashing: qué es y sus 7 pecados

Has escuchado el término seguramente muchas veces, pero ¿qué quiere decir greenwashing? La definición nos dice que son un conjunto de prácticas que las empresas e instituciones utilizan para lavar su imagen mediante la publicidad. 

Por supuesto, publicidad engañosa que nos hace pensar que esas organizaciones son muy respetuosas con el medio ambiente cuando esto se aleja mucho de la realidad. Su único objetivo con esas campañas es generar ventas. 

¿Te suenan las etiquetas verdes, eso de “ producto 100% natural”, “respetuoso con el medio ambiente” o “bio”, “eco”, etc? Pues adivina qué. No significa nada. No implica que estos productos sean sostenibles.


Historia del greenwashing

Allá por la década de los 60, con tanta paz y amor, también comenzó el amor por el planeta y cuidar el medio ambiente empezó a ganar importancia. Fue cuando los primeros anuncios comenzaron a mostrarnos lo verdes que eran las empresas aún sin serlo. 

En los 80, después de varios desastres ambientales, la defensa del medio ambiente comenzó a ganar fuerza. Y ya entrados en los 90 la cosa se puso más seria. 

En la actualidad ya sabes como va esto de las empresas y el greenwashing. Cuanto más recursos tienen, más parecen gastar en publicidad engañosa que en ayudar realmente al medio ambiente. 

7 pecados del greenwashing

Hace ya unos años la consultora Terra Choice hizo eco de lo que conocemos hoy en día como “los 7 pecados del greenwashing”. Te contamos cuales son:

  1. Compensación oculta: se produce cuando se destaca una característica de un producto sin importar los problemas ambientales importantes que realmente puede causar. Por ejemplo, cuando te hablan de un aparato electrónico con un bajo consumo energético pero se omite que está hecho con materiales peligrosos para el planeta.

  2. Falta de pruebas: se trata de afirmaciones que no pueden ser comprobadas. Puede que no estén certificadas por un tercero o que lo estén por alguna entidad un poco “extraña”. Como por ejemplo, textiles hechos con plásticos recogidos del Mediterráneo, puede que sea cierto, pero no tenemos pruebas de ello.

  3. Vaguedad: conceptos mal explicados o muy amplios que inducen a la confusión. El caso más típico es el concepto de “natural” que no nos dice nada y legalmente no está regulado. Que algo sea natural no implica que sea bueno.

  4. Etiquetas falsas: certificaciones que no existen, creadas por la propia marca o incluso llegan a afirmar que un producto está certificado con una etiqueta real y reconocida, cuando no es cierto.

  5. Irrelevancia: se trata de casos en los que se da información real pero que no es relevante. Por ejemplo, que un aerosol no contenga CFCs no es relevante porque están prohibidos, o que un taller mecánico te diga que no vierte el aceite al río cuando están obligados por ley a gestionar sus residuos peligrosos con un gestor.

  6. El mal menor: los productos biodegradables son el claro ejemplo de esto. Nos distraen del verdadero problema que son los productos de usar y tirar.

  7. Mentir: si, la empresas mienten. ¡Sorpresa! Se promueven acciones que no se cumplen y políticas ambientales que son totalmente falsas.


Seguro que te suenan estas prácticas y las has visto en más de una ocasión, pero veamos algunos ejemplos de greenwashing.

Ejemplos de greenwashing 

En todas las industrias se dan casos de greenwashing: moda, turismo, cosmética… Cualquiera que te puedas imaginar. Las grandes marcas saben que lo “verde” vende y por eso vemos casos como los de Airbus, Adidas, Danone, Zara, Coca cola… (por no hablar de Monsanto).

A continuación te damos algunos ejemplos de greenwashing en 2019 (o antes, el número es lo de menos):

  • Nestlé y sus granos de cacao sostenibles: Una demanda colectiva de 2019 contra Nestlé alega que los "granos de cacao de origen sostenible" no tienen nada de sostenibles. La producción del ingrediente clave de los productos de chocolate Nestlé está contribuyendo a la deforestación masiva en África Occidental. La demanda también afirma que el cacao proviene de granjas que utilizan trabajo infantil y esclavo.

  • LEI electronics y sus pilas carbon neutral: LEI Electronics no proporcionó información sobre cuándo ocurrieron o ocurrirán las reducciones de emisiones. Las afirmaciones de carbono neutral en cuestión se referían a las baterías alcalinas ecológicas de la compañía y fueron desafiadas por el competidor Energizer.

  • Volkswagen y sus coches diésel “limpios”: Este caso te sonará de sobra. Volkswagen admitió haber manipulado 11 millones de sus propios "diésel limpios" con dispositivos diseñados para engañar en las emisiones. Varios fabricantes de automóviles se han enfrentado a acusaciones similares en los últimos años, como BMW, Chevrolet, Ford y Mercedes-Benz.

  • O.b. y su ahorro de residuos: Los tampones sin aplicadores, como los que vende O.b., afirman evitar una cantidad importante de residuos al prescindir del aplicador. Pero no mencionan las toneladas de herbicidas, insecticidas, fertilizantes, fungicidas y otros productos químicos utilizados para producir cultivos de algodón. 

  • Las energéticas: si, así en general y a lo loco, pero las grandes energéticas no dejan de lanzar campañas para lavar su imagen, Iberdrola con su slogan “Iberdrola verde es”, BP con su logo verde de una flor que nos hace pensar el medioambiente es su prioridad, o Repsol financiando proyectos “verdes”.

Podríamos darte muchos más ejemplos de greenwashing, pero no queremos extendernos demasiado. Puedes ver algún caso más en el vídeo del siguiente apartado.


Marketing verde vs greenwashing

Si algo nos da rabia es que se confunda el greenwashing con el marketing verde, porque no son lo mismo.

Muchas veces el greenwashing y el marketing verde son tomados como una misma cosa y no tienen nada que ver. El marketing verde está bien, el greenwashing no. Te contamos más sobre ello, con algunos ejemplos en este vídeo:

O puedes echarle un ojo aquí.

También hemos visto en muchas ocasiones como el greenwashing afecta a los planes de RSE (Responsabilidad Social Empresarial). Y es que sí, este tipo de planes muchas veces se hace con intenciones de lavado de cara, pero no tiene porqué ser así. 


Cómo evitar el greenwashing

Para evitar el greenwashing debes saber identificarlo, pero ¿cómo identificar greenwashing?

Si te interesa evitarlo en tu día a día o en tu empresa, ten en cuenta estos 5 pasos: 

  1. Omite el embalaje y lee la etiqueta: las imágenes de cosas verdes o tonos tierra solo inducen al error. No hay regulaciones sobre las imágenes que una empresa pone en su packaging, así que lee las etiquetas.

  2. Busca pruebas de que los productos son sostenibles: deberían tener etiquetas o certificaciones que también puedes buscar online.

  3. Deja de creer en los slogans: la palabra natural no está regulada por ley y no significa nada. 

  4. Información vaga: si no hay información suficiente, hay un problema. Los productos realmente respetuosos con el medio ambiente proporcionarán información más detallada, teniendo en cuenta áreas como la energía, las emisiones de gases de efecto invernadero, las condiciones de los trabajadores, la calidad del agua y del aire, etc.

  5. Piensa global: que una empresa tenga una línea de productos sostenibles o más respetuosos con el medio ambiente no implica que no esté haciendo verdaderos desastres por otro lado. Infórmate acerca de las empresas.

Y si tienes duda de algún producto, pregunta. Esto es fundamental y no debería darnos reparo hacerlo. 

¿Has caído en el greenwashing alguna vez? Te lee en los comentarios. ;)